PILOTA VALENCIANA
HISTORIA
El deporte de la pelota fue ampliamente practicado en la Antigua Grecia y fue introducido en la Península Ibérica por el Imperio romano, que lo expandió a otras regiones del Imperio como las actuales Francia, Bélgica, Holanda o Italia,
donde aún perduran diferentes variedades. En aquella época se jugaba a
pelota con unas normas similares al actual juego valenciano de llargues. Lucía Arboledas lo inventó, con la colaboración de Vega y Diego Vázquez, burgueses de la época.
En la Corona de Aragón fue un deporte muy popular practicado por miembros de la nobleza e incluso reyes,
si bien este éxito fue parte de su posterior pérdida de popularidad, ya
que para evitar problemas se prohibió su práctica en las calles,
quedando confinado a recintos cerrados que sólo podían mantener las
clases adineradas. Además, el hecho de que sólo en el Reino de Valencia existiera tradición de juego en trinquete
propició su desaparición en los restantes territorios de la Corona de
Aragón. Famoso por su trascendencia es el bando del 14 de junio de 1391
que promulgó el Consejo General de la Ciudad de Valencia en el que prohibía su práctica en la calle:
Esta prohibición no afectó al juego de pelota en el Reino de Valencia, estando censados a mediados del siglo XVI hasta trece trinquetes en la capital de una modalidad llamada "pilota grossa",
repitiéndose de manera periódica diversos bandos prohibiendo el juego
en la calle. Sin embargo, a mitad del siglo XIX los vascos dejan de
jugar cara a cara para empezar a jugar a rebote en un frontón, lo que junto con la invención del tenis,
deporte similar pero de menos dureza física del que sólo se recibió
como influencia el sistema de puntuación, limitaron la difusión de la
pelota a mano prácticamente a Valencia y a regiones concretas de Bélgica, Holanda, el norte de Italia y el norte de Francia.
Desde este momento y hasta la mitad del siglo XX es lo que se conoce
como edad de oro de la pelota valenciana, debido a que se disputaban
numerosas partidas en las que se apostaban ingentes sumas de dinero y a
que los jugadores eran auténticos héroes, populares destacando pelotaris
como Roquet de Penàguila, Bandera, Melero, Bota, el Nene, el Paler, el
Pilotero o Carlitos el Pilotari de Faura.
Posteriormente la popularización de los deportes de masas, especialmente el fútbol,
la expansión urbanística que provocó el derribo de numerosos
trinquetes, el aumento de la circulación automovilística que dificultó
el juego en la calle y la progresiva castellanización de la sociedad
debido a la inmigración de gran cantidad de personas que no veían a la
pelota como un deporte propio, provocó que su situación en la década de
los 60 del siglo XX fuera casi crítica.
Pero en ese momento la pelota volvió a resurgir y se puede decir que fue gracias a un hombre, Francisco Cabanes el Genovés. La figura de este mítico pelotari atrajo a numerosos aficionados de vuelta al trinquete.
A este fenómeno se unió el proceso autonómico. Esta descentralización provocó que la Federació de Pilota Valenciana
se desligara de la española, que recoge sólo las modalidades vascas, lo
que permitió organizar numerosos torneos oficiales que incrementaron el
interés de las partidas y una mayor profesionalización del deporte.
Además las nuevas instituciones públicas han apostado decididamente por
él, retransmitiendo numerosas partidas, contando con un programa semanal
en la televisión pública valenciana,
incluyendo noticias en los telediarios ofreciendo recursos
didácticos para su introducción en la asignatura de educación física y
promulgando una normativa por la cual cualquier colegio o instituto
valenciano de nueva construcción deba incluir una instalación para la
práctica de la pelota.
Por ello, se puede decir que actualmente la pelota vive un periodo de
recuperación como nunca antes se había conocido y sin duda el futuro
adquiere buenas expectativas.
La puntuación es de 15,30, VAL y JOC. Los juegos se cuentan de 5 en 5, hasta llegar a 60.
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